lunes, 22 de marzo de 2010


Al final todos los muros caen, hasta los más grandes.
Y detrás solo queda la fría y oscura soledad.
Cuando sabes que estás en el centro de algo que no puedes controlar,
Que te va desgarrando poco a poco, en silencio.
Cuando sabes que en el fondo estás sola, porque estás sola.
Nada puede curar, nada puede consolar o aliviar.
Y sólo queda dolor, vacío y silencio.
Al final todos los muros caen.
Y te encuentras contigo misma, eres tu,
La que intentas ocultar, débil y dañada,
Estúpida, patética, vulnerable.
Y esos despojos son arrastrados por la salvaje realidad.
Aturdida y deslumbrada deambulas por aquellos lugares
Antes conocidos y ahora tan extraños.
Vacíos y grises pasos entre el ruido,
Voces que gritan lo que antes era tu nombre.
Pero ya no puedes. Ya es tarde.

T.


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